Nuestro Propósito

EL PROPÓSITO DE LA IGLESIA

No es necesario crear declaración de propósito para la iglesia si ya nos ha sido dada por el Señor Jesucristo, quien tiene toda la autoridad en el cielo y en la tierra (Mateo 28: 18-20, Marcos 16: 15-18, Lucas 24: 46-49, Juan 20:21. -23, y Hechos 1: 8). Según entendemos estos pasajes, el propósito de la iglesia es predicar el evangelio a todo ser humano en el mundo y convertirlos en fieles seguidores de Jesús.

Con este fin…

… nos esforzamos por comprender cómo Dios quiere que lleguemos a nuestra comunidad con el Evangelio, y por buscar sabiduría mediante la Biblia, la Palabra de Dios.

… nos esforzamos por medio de la oración en buscar a Dios hasta que su amor por nuestra comunidad, y su deseo de ver a los inconversos arrepentirse, se convierta en nuestro deseo más sincero.

… reconocemos la necesidad de estar unidos si queremos trabajar juntos por Cristo, unidos en fe, propósito y compromiso.

… confiamos en el poder del Espíritu Santo para equiparnos en la medida en que llegamos a las comunidades vecinas con el mensaje de Jesús, y para preparar los corazones y las mentes de aquellos cuyas vidas tocamos con el mensaje de Jesús.

Nuestra meta es ayudar a mover a las personas desde donde se encuentren espiritualmente hasta que se conviertan en seguidores profundamente maduros de Jesús. En pocas palabras, buscamos como lograr que las personas se conviertan a Cristo, y luego buscamos como ayudarlos a conocerle mejor, convirtiéndolos así en seguidores de Jesucristo plenamente dedicados a Su reino.

En orden de prioridad, los seguidores maduros de Jesús exhibirán las siguientes cinco características:

Los creyentes maduros son definitivamente convertidos. Al mover a las personas del nuevo nacimiento espiritual a la madurez, primero deben haber

recibido a Jesús como su Señor y Salvador. Según la Biblia la manera de convertirse a Jesús es mediante la fe, el arrepentimiento, la confesión de fe y el bautismo.

Los creyentes maduros participan activamente en una adoración verdadera. Según Jesús, Dios anda en busca de aquellas personas que le adoran como Él quiere: en espíritu (con plena certidumbre de fe, con sinceridad y con la involucración de todo nuestro ser), y en verdad (en conformidad y no en contradicción a la verdad de Dios, la cual es Su palabra). En los cristianos maduros esto ocurre diariamente en el plano personal y semanalmente, cada primer día de la semana, junto con el resto de los discípulos.

Los creyentes maduros están en comunidad. Comunión es una palabra que expresa la relación que existe entre los seguidores de Jesús. Un cristiano maduro no es uno que vive su vida cristiana separado de otros creyentes, sino más bien junto con ellos.

Los creyentes maduros son personas profundamente comprometidas con el Señor Jesucristo. Todo lo que hacen en sus vidas, tanto en lo personal como colectivamente, tiene una estrecha relación con su amor y compromiso con Cristo.

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